ASEXUALIDAD

La pulsión que hace mover al hombre fundamentalmente es la sexualidad, entendiendo por pulsión la tensión creciente que se resuelve en una distensión que provoca placer. Sin embargo existe la asexualidad, los que así se califican no sienten el sexo como los demás, para ellos existen otras formas de intimidad pueden expresar afecto, sentir amor e intimidad pero con escasa actividad sexual, podríamos hablar de personas con un bajo deseo sexual.

Pueden tener sexo pero la frecuencia y necesidad no es la misma que la de otras personas, los asexuales no son célibes o antisexuales ya que si  pueden tener impulso sexual.

Esta orientación sexual en la mayoría de los casos proviene de la niñez y es difícil para ellos encajar en una sociedad que se rige por cánones eróticos y sexuales. Existe el debate de si la asexualidad podría ser producto de respuestas defensivas y sintomáticas ante la dificultad del ejercicio de la sexualidad en sus relaciones de pareja. No practicar sexo para ellos es una elección debido a la inexistencia de deseo sexual o si existe es muy esporádicamente, no siendo una aversión al sexo, simplemente es una conducta coherente con su escasa necesidad de descarga pulsional.

Solo podríamos considerarlo patológico si en la base se encontrara algún tipo de repulsión, trauma o simplemente generara ansiedad el hecho de pensar en tener intimidad con alguien, la inquietud y preocupación que suscita el mero hecho de no poder expresarse uno mismo como es, lleva a algunas de estas personas a solicitar ayuda profesional. La asexualidad es una opción de vida totalmente legítima reflejo de un sentir particular, no debe ser excluida por nuestra incapacidad de poder entenderla, así debe ser concebido para poder fomentar el respeto y la comprensión a un colectivo que se siente normalmente estigmatizado y rechazado.