CELOS: VÍCTIMA O VERDUGO

La naturaleza humana esta conformada por una amalgama de pasiones, pulsiones y deseos, un intrincado camino el que debemos recorrer de la mano de estas emociones, algunas más letales que otras, a caballo entre el instinto y la razón. Cuando estamos sometidos bajo los efectos de los celos, lo racional se aleja para adentrarnos en el mundo de los sentimientos, de lo subjetivo, de algo que nos duele solo a nosotros, a veces nos invaden de tal manera que producen en nuestra vida catástrofes insoportables, una energía destructora que arrasa por donde pasa.

Cuando llegan a extremos tan patológicos estamos hablando de la celotipia, unos celos delirantes, donde el temor a una infidelidad por parte de la pareja o cónyuge se torna en un pensamiento obsesivo.

Con un juicio muy perturbado el celopático está convencido de ser una víctima del engaño en su relación de pareja, tiene una autoestima muy baja y siente que cualquiera le puede arrebatar su preciado tesoro, son personas excesivamente posesivas y disponen de su pareja como si fuera un objeto de su propiedad, el celoso esconde una personalidad débil, dependiente e insegura.

Sigue siendo un pequeño niño al que le parece insoportable la idea del abandono y la soledad, vive rodeado de fantasmas del pasado que le recuerdan constantemente que todo lo que posee está en permanente peligro de desaparición,  primero pudo ser el amor de la madre el que temía perder y ahora  lucha con ahínco  en defender el de su pareja.

En mujeres que sufren este trastorno vemos comportamientos histéricos y depresivos en cambio en hombres los síntomas son más paranoicos y obsesivos.

En los casos de violencia grave hay una patología mental relacionada con la celopatía, una forma de paranoia, a menudo no diagnosticada. Debemos buscar ayuda profesional si nuestra pareja muestra todos estos rasgos de personalidad o nosotros somos víctimas de comportamientos obsesivos que no podemos controlar. Vivir la tortura de los celos puede dejarnos secuelas para toda la vida y en casos graves podemos estar en peligro, tenemos que reaccionar lo antes posible, para poder poner remedio a esta pulsión tan destructiva y enfermiza.