DEPRESIÓN Y DISFUNCIÓN ERÉCTIL
La depresión que se experimenta como profunda tristeza, decaimiento anímico y disminución de las funciones psíquicas es una enfermedad que a la larga destruye neuronas en el cerebro arruinando los niveles de los neurotransmisores. Esto es debido a que las personas con una depresión importante tienen niveles elevados de cortisol los cuales producen efectos gravemente dañinos para nuestro cerebro. Los altos niveles de cortisol aumentan el riesgo de contraer diabetes que también acelera el envejecimiento de todo el cuerpo, debido a esto es fundamental lograr que cualquier tipo de depresión sea controlada lo antes posible.
Si padecemo de depresión los químicos encargados de enviar mensajes de respuesta sexual a los órganos genitales no funcionan correctamente, la disfunción eréctil sucede entre el 18% y el 35% en los pacientes depresivos pero el porcentaje puede incrementarse hasta afectar al 90% en casos de depresión severa.
Los medicamentos para tratar la depresión son los ISRS que son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y como efecto secundario inducen disfunción eréctil. En los pacientes con depresión que sufren problemas sexuales lo prioritario es tratar la depresión pero el abordaje terapéutico simultáneo de las dos patologías mejora enormemente la calidad de vida del paciente y facilita una recuperación más rápida de la enfermedad depresiva.
La terapia sexual ayuda a través de técnicas y ejercicios específicos que se practican a solas o en pareja a educar de nuevo nuestro desempeño sexual sin utilizar ningún tipo de medicación. De esta forma se puede conseguir una gradual mejoría tanto en la depresión como en la disfunción eréctil al recobrar de nuevo seguridad y autoestima en nuestras relaciones íntimas de pareja.