DESAFÍO SEXUAL EN LA ADOLESCENCIA
El periodo de iniciación de las relaciones sexuales en la adolescencia no está exento de ansiedad e incertidumbre, hay que lidiar con una serie de cambios corporales y hormonales que debemos aprender a gestionar. Cuando empezamos nuestro periplo por el mundo adulto, además de nuestra incesante búsqueda de identidad, debemos sumarle la necesidad de pertenencia a nuestro grupo generacional.
El concepto de intimidad hoy en día esta particularmente configurado por el contexto sociocultural, debemos entender que la incursión de la sexualidad en el mundo de la cibercultura cambia profundamente los tipos de vínculos que creamos, podemos tener diferentes modelos de relaciones virtuales que pueden tener distintas significaciones. Asimismo la clásica familia nuclear deja de tener preponderancia a favor de otras formas de familia, por lo que debemos ampliar nuestros enfoques a la hora de entender como se desarrolla actualmente el modelo de sexualidad en los jóvenes.
En esta etapa es probable que puedan surgir dudas sobre la propia sexualidad, los deseos y fantasías bisexuales se deben contemplar en esta fase del desarrollo de la libido, ante todo hay que desactivar la angustia que pueden producir toda esta serie de pulsiones confusas e incontroladas.
Sobre todo no caer en creencias encorsetadas sobre lo que debería ser, es una fase muy compleja y dentro del universo íntimo todo es legítimo, es un tránsito hacia nuestra elección objetal nadie más que nosotros sabemos y sentimos hacia dónde queremos dirigirnos. Las ambigüedades sexuales pueden generar mucha ansiedad en el entorno y producir mucho sufrimiento a quien las padece, en algunas culturas estas ambigüedades forman parte de un nuevo género que nace para dar cabida a todo lo que no esté fijado dentro de la identidad sexual tradicional.
El desafío que la juventud debe enfrentar en la actualidad es considerable, debe conjugar en un solo tempo la adquisición de la propia identidad con la pertenencia a un grupo sociocultural y resolver posibles conflictos latentes referidos a la propia sexualidad. La familia debe constituir para el adolescente en estos momentos un soporte infranqueable en el que sostenerse, debe sentir su apoyo incondicional.
Cuando la ansiedad y el sufrimiento ya no puedan gestionarse satisfactoriamente, es el momento de pedir ayuda profesional donde en un contexto vincular se podrá encontrar la orientación necesaria para culminar el proceso de transformación que se inició en su momento sin que queden secuelas y poder desplegar sin trabas todo el potencial que albergamos.