DUELO SIN DESPEDIDA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

El duelo es un proceso de despedida que hacemos a nuestros seres queridos a través de un periodo de aflicción ¿Qué ocurre cuando debemos separarnos de quién más amamos sin poder estar a su lado en sus últimos momentos de vida?. Esta es la situación que lamentablemente muchos de nosotros en la actual crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 nos vemos confrontados a vivir sin saber cómo gestionar emocionalmente nuestro dolor ante tal situación.

El obligado silencio en el que nos vemos envueltos desgraciadamente no impide que nuestro cuerpo se revele manifestando una multitud de síntomas que expresan la imposibilidad del duelo y la profunda tristeza por la inhibición emocional.

La incapacidad de hacer un duelo normal en esta situación traumática puede considerarse como un duelo de riesgo, esto significa que algo natural como es la aflicción por la pérdida de un ser querido se convierta en algo patológico y que se prolongue indebidamente en el tiempo. Por esta razón es sumamente importante el acompañamiento emocional en los primeros momentos para prevenir que las manifestaciones cognitivas, emocionales y comportamentales puedan elaborarse inadecuadamente. El duelo nos permite con el tiempo ir asimilando el sufrimiento psíquico producido por una pérdida significativa, es un trabajo de elaboración que nos capacita finalmente a integrar en un recuerdo imperecedero la personificación de la persona amada y recuperar el interés por el mundo externo.

La ausencia permanente de lo perdido hace que nuestro psiquismo se deba ajustar paulatinamente a la distancia que tendrá que hacerse con respecto a la perdida emocional es decir a nuestro apego que se vive como un deseo psicológicamente irrenunciable.

En el proceso normal de duelo siempre existe inicialmente una resistencia a aceptar la pérdida, a nuestro psiquismo le costará tiempo metabolizarlo, por consiguiente aparece la rábia y la impotencia, pero en un duelo sin despedida y en las circunstancias de alejamiento emocional, nos encontramos al límite de lo elaborable por lo tanto será muy importante poder expresar abiertamente lo que sentimos. En el duelo patológico cuando el dolor se enquista profundamente en nuestro sistema permaneciendo inacabablemente en ese estado sin avanzar, hay dos aspectos muy importantes que hay que vigilar, en primer lugar cuando este dolor produce conductas desadaptativas que pueden dar lugar a episodios depresivos, ansiedad en forma de ataques de pánico, conductas fóbicas o al abuso del alcohol u otras sustancias. En segundo lugar cuando  estas conductas desadaptativas no se reconocen relacionadas con la pérdida pero pueden producir síntomas físicos como en las enfermedades psicosomáticas. Otro aspecto importante a tener en cuenta en los procesos de duelo patológico es cuando el dolor que se siente va ligado a la culpa que revierte contra el sujeto doliente, hostilidad y autorreproches, por la pérdida del ser querido. Estos sentimientos impiden y postergan la elaboración correcta del duelo, al cuestionar si el comportamiento con el ser querido fue correcto, en sus últimos momentos o se hubiera podido ayudar o cuidado mejor. Por último mencionar que adquiere un papel decisivo en la asimilación de una pérdida, la existencia en el pasado de pérdidas familiares, en momentos en que la inmadurez emocional no dejaban otra posibilidad de reacción que quedar sometido pasivamente a la situación de pérdida, como muerte de progenitores en edad temprana, abandono o separaciones.

Vivir estas experiencias traumáticas tempranas deja inscrito en el psiquismo inmaduro una sensación de impotencia insufrible que se reactivará con las pérdidas del presente.

Elaborar bien el duelo es un proceso muy importante para poder superar emocionalmente una pérdida, dónde es necesario experimentar la realidad de la falta, con todo el dolor y sufrimiento inherente que ello implica y donde un gran gasto de energía psíquica será requerida antes de lograr volver a vivir sin nuestra persona amada. Todas estas emociones que surgen ante la pérdida de un ser querido se vuelven con el tiempo constructivas en la medida que nos habitúan a la nueva realidad y el apoyo de familiares y amigos con su amor incondicional, es uno de los pilares fundamentales de soporte emocional que necesitamos para contener el dolor que sufrimos ante tales pérdidas. En el duelo patológico en la mayoría de casos será necesario buscar la ayuda de un profesional experto en duelo que nos ayudará a encontrar un proceso de reconocimiento de existencia, de un nuevo proyecto de vida donde habremos finalmente transformado nuestra mera supervivencia ante el dolor en un nuevo deseo de vivir.

Debemos ser conscientes del potencial transformador que albergamos en nuestro interior que nos dota para la creación de condiciones psíquicas nuevas, con las cuales poder enfrentarnos con éxito ante situaciones traumáticas que sobrepasen nuestra capacidad de actuación.

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