ENTENDER EL INCONSCIENTE
El inconsciente es esa instancia psíquica desconocida para la consciencia que la literatura científica del siglo pasado dotó de un halo de misterio no menos que inquietante, actualmente con el auge de las neurociencias ese aspecto incognoscible de nuestro cerebro como es el inconsciente, dejó de ser inescrutable y se empezaron a estudiar sus propiedades. Sabemos que nuestro cuerpo está sustentado por procesos automáticos, la mayor parte de las funciones del SNA son reguladas de forma inconsciente, mediante reflejos viscerales, aunque pueden ser influenciadas por las emociones y los estímulos somatosensoriales. De igual modo en nuestro sistema psíquico el 90% de las funciones psíquicas son automáticas desde las decisiones más elementales hasta las más complejas, esto es así debido a que no podemos ocuparnos conscientemente de más de 4 o 5 unidades de información, los circuitos inconscientes procesan 200.000 veces más datos que la mente consciente, esta capacidad de procesamiento tan elevada de nuestro cerebro automático se funda en la experiencia acumulada de siglos.
Ningún organismo tan complejo como el ser humano puede funcionar correctamente sin una base operativa automática en todos los niveles, de echo el cerebro se especializa en volver automáticas todas las experiencias y estímulos que recibe con un solo objetivo: hacerlo más eficiente.
Veamos que hace el inconsciente por nosotros cuando conocemos a alguien por primera vez: una exposición menor de 100 milisegundos a un nuevo rostro es suficiente para que podamos tomar todo tipo de decisiones: si es de fiar, si es competente etc y cuando conocemos a alguien de modo romántico sin tener sexo, solo con la información de su rostro, las medidas de su cuerpo, su olor, su simetría facial esto dice a nuestro subconsciente el grado de compatibilidad que tenemos con esa persona. Así decisiones que a veces pensamos tomamos de forma irracional no lo son en absoluto, más bien son fruto de nuestro cerebro automático que previamente ha procesado una multitud de parámetros y nos da el resultado sin tener que procesarlo analíticamente desde el nivel consciente, donde seguramente saldríamos perdiendo por la incapacidad de la mente racional de procesar tantos datos simultáneamente.
Las decisiones que tomamos habitualmente no se basan en pensamientos conscientes, sino en una elaboración hecha a través de nuestro inconsciente, este hecho nos inquieta sobremanera pues necesitamos tener el control de todo, pero hay que empezar a cambiar nuestra visión sobre nuestros programas automáticos que en definitiva existen para que nuestro cerebro tenga un soporte en el cual evolucionar, funcionar en piloto automático significa funcionar eficazmente.
El cerebro también cuenta con un sistema de control de errores que registra cada contratiempo antes de que ocurra, porque nuestro cerebro calcula constantemente que ocurrirá a continuación, podemos antes de tomar decisiones detectar en nuestro cuerpo señales físicas que nos adviertan contra decisiones adversas, si desarrollamos esta conexión somática nuestro cerebro siempre nos prepara para lo que viene a continuación, lástima que nuestra mente habitualmente está demasiado sobrecargada con estímulos tanto internos como externos y está totalmente desconectada de los procesos automáticos. Como vemos la mayoría de nuestras decisiones y de cómo percibimos la vida está sustentada en base a información que ha sido almacenada en nuestro cerebro sin ni siquiera haber tenido contacto consciente con ella.
El inconsciente freudiano nos habla, de un material que existe en nuestra mente formado por representaciones y huellas mnémicas que son acontecimientos del pasado que se inscribieron en nuestra memoria pero que no podemos recordar selectivamente sino más bien se activan en determinados momentos.
Estos aspectos inscritos inconscientes modulan la forma en que nos enlazamos con el mundo y de forma automática desde las sombras se infiltran conformando gran parte de lo que somos. Estos introyectos psíquicos se empiezan a formar en el nacimiento al entrar en contacto con nuestros progenitores, nuestros padres con sus inputs inciden en nuestra base material neurológica, haciendo que se expresen o silencien ciertas características intrínsecas de nuestro sistema, así puede entenderse el condicionamiento al que somos sometidos a nivel inconsciente en nuestro ambiente familiar inicial. En la actualidad tener tanta información sobre la estructura y el funcionamiento de los procesos inconscientes nos brinda una gran oportunidad para poder hacerlos más conscientes en nuestra vida, más que nunca, a través de una correcta autoexploración. No tenemos acceso consciente a como formula las ideas el cerebro pero si podemos observar habitualmente como patrones repetitivos en base a aspectos inconscientes siempre se manifiestan detrás de nuestras elecciones, si somos lo suficientemente autoconscientes de ello, podemos rastrear estas huellas mnémicas y reescribir la información si así lo deseamos, para que a través de lo incognoscible podamos alumbrar quien queremos ser realmente, actualizando finalmente los aspectos internos que nos han limitado desde la profundidad de nuestra psique.