IMAGO: VIVIR A TRAVÉS DE UNA FANTASÍA

Nuestra mente funciona como un caleidoscopio configurando multitud de imágenes especulares al mismo tiempo, alguna de ellas conforman la red de fantasías que componen parte de nuestro mundo interno y que tendemos a tomar como reales. Como el concepto de imago, que en psicoanálisis se utiliza para designar las improntas primordiales de las figuras parentales, son imágenes idealizadas e inconscientes que tenemos de las personas que han sido importantes para nosotros en la niñez, estas imágenes ideales aún siguen ejerciendo una fuerte influencia en la edad adulta.

La imago es nuestro  espejo familiar, cuando te miras en él te ves inconscientemente cómo te miraron tus padres, allí está la información que recibes cuando te buscas a ti mismo.

Es decir que siempre prevalecerá el patrón afectivo que recibiste en tu tierna infancia y con él construirás los pilares con los que irás formando tu personalidad, inconscientemente eres el producto de la “neurosis “ parental. Nos cuesta vernos como realmente somos, esta imagen inconsciente tiene mucho peso en nuestro psiquismo, es un introyecto insertado tempranamente en nuestra mente mientras estábamos desarrollando nuestra identidad.

Esta figuración producto de ideas ajenas será la base con la que construiremos nuestro sentido de autovalía, desde el nivel de consciencia en el que existimos nos es muy difícil aceptar que coexisten estamentos en nuestra psique que no controlamos y que además forman parte estructural de nosotros mismos. Solo un profundo autoanálisis puede desarticular esta impostura y nos puede llevar al mismísimo punto de partida, para desvelar finalmente, como se construyeron estas imágenes internas a partir de un modelo familiar inscrito.

Pueden ser imágenes positivas o negativas, pero siempre serán meras representaciones mentales de nuestros predecesores que tendrán un gran peso a la hora de decidir quién realmente somos.

Es aquí en el presente que  tenemos la capacidad de reconfigurar nuestros códigos internos para que reflejen más acuradamente nuestra particular esencia. Después de observar y entender cómo funcionan las dinámicas internas de nuestra mente, finalmente revelaremos que existen zonas desconectadas de nuestra consciencia que rigen nuestro destino imperceptiblemente, y sabremos que hasta que no logremos contactar con ellas, nuestro pasado seguirá estando vigente sin darnos cuenta, en cada decisión que tomemos en el aquí y ahora.