MEDIO AMBIENTE MATERNAL INICIAL (M.A.M.I)
La maduración psíquica normal pasa por diferentes fases o etapas de desarrollo, del adulto recibe el niño el material con el que se construirán las cualidades psíquicas y las propiedades de su personalidad, el perfeccionamiento progresivo de los procesos mentales, depende de la activación del cerebro relacionado con la cantidad de impresiones externas y la calidad de la educación recibida.
La madre estará siempre profundamente arraigada en la psique de los hijos debido a la simbiosis inicial que el niño tiene con ella.
Esto nos introduce al concepto de medio ambiente maternal inicial que es fundamental para entender el papel preponderante que tiene la madre debido a las necesidades de nutrición, tanto físicas como psíquicas que el bebe requiere. En el primer año de vida comienza el proceso de imitación, incorporación e identificación con ella, la relación con el seno materno es por tanto la primera relación objetal y existe la compulsión a repetir la relación inicial con la madre, es nuestro referente.
A través de estos mecanismos inconscientes se ha constituido nuestro juicio afectivo que predomina en nuestras decisiones, buscando a la madre que se conoce y haciendo de madre con nuestras parejas, es decir buscando la maternidad substitutiva.
La maduración psíquica anormal vendría dada por un ambiente maternal nocivo, donde los mínimos requerimientos de nutrición y afecto no han tenido lugar. Si el bebé sobrevive, en el futuro la endeble estructura psíquica que no ha podido concluir todas las fases de desarrollo adecuadamente, bajo tensión se derrumba y el sujeto haciendo una regresión, se precipita hacia una experiencia infantil inadecuada, pudiendo llegar a la psicosis.
Desconocemos a nivel consciente como fueron nuestros primeros años de vida, como fuimos construyendo las conexiones necesarias con el medio circundante y como fuimos atendidos y nutridos por nuestra madre. Solo sabemos como nos comportamos con los afectos y cual es nuestra capacidad nutricia hacia los semejantes en el presente, aquí y ahora a través de lo que somos, es revelado como nos trató la vida de pequeños y como fuimos sustentados, si el amor que recibimos fue suficiente para poder concebir una vida plena y fructífera.