NEUROSIS VS PSICOSIS
Tanto la neurosis como la psicosis expresan en nuestro psiquismo la revuelta del ello, de nuestros instintos más ancestrales, contra la realidad exterior, cuyo resultado final es la incapacidad para adaptarse a esa objetividad que nos confina. La neurosis y la psicosis se diferencian más en el primer estadio que en el resultado final: la neurosis huye de un fragmento de la realidad y la psicosis prefiere reconstruirla.
La neurosis aparece por los desequilibrios entre nuestros instintos agresivos y sexuales, nuestro raciocinio y las normas llenas de moralidad impuestas por nuestros progenitores, si estos desequilibrios son extremos aparece la psicosis.
Reprimimos para sobrevivir el caos, el desequilibrio, pero todo lo reprimido regresa inconscientemente en forma de síntoma neurótico al no estar esta represión resuelta afectivamente, el neurótico reprime, los psicóticos disocian. La negación es el primer psicodinamismo de la psicosis, es algo más que la represión, para los psicóticos no existe ningún problema no solo eliminan el hecho sino que también borrarán la carga afectiva. En la psicosis en un primer tiempo la persona se aparta de la realidad disociándose y posteriormente aparecerán los intentos de recuperar esa realidad perdida a través de los delirios y alucinaciones, posee un yo débil y se produce una despersonalización donde el psicótico vive en su vida una pesadilla de la cual no puede despertar.
La energía que hemos utilizado para defendernos de nuestros conflictos entre los instintos y nuestro raciocinio son sinónimo de resistencia, la misma energía que utilizamos para reprimir aparecerá como síntoma posteriormente.
El precio de nuestra cultura es reprimir y sublimar nuestros conflictos, nos curamos cuando entendemos nuestro inconsciente, las emociones allí encerradas, ya que nosotros nos comportamos desde el inconsciente no desde la parte consciente de nuestra mente. Los niños fundamentan su aprendizaje emocional en lo que sienten sus padres no en lo que dicen, siendo muchas veces no concordante, debido a ello los conflictos encerrados en el el psiquismo del niño al crecer, suelen reprimirse como en el caso del neurótico o pueden disociarse como hace el psicótico.