La fuente de nuestros pensamientos es desconocida pero la ubicación de la mente en los límites físicos del propio cuerpo es una potente percepción que crea nuestro cerebro desarrollando poderosamente nuestra experiencia de subjetividad. Nuestra mente tiene una propiedad esencial que es la consciencia, esta facultad de poder conocer todo lo que nos rodea

Devenir conscientes de nuestra propia identidad es un proceso que no queda impreso en nuestra memoria, el yo incipiente emerge de un estado de profunda inconsciencia, de una existencia simbiótica que vive totalmente indiferenciada con su medio. El psiquismo se consolida casi de forma imperceptible, al tiempo que el mundo objetal se erige como punto [&hellip