Cuando buscamos entender cómo se formó nuestra autoestima debemos retroceder en el tiempo y revisar un tipo de introyecto psíquico adquirido en nuestra temprana edad al que Freud acuño como Ideal del Yo, allí encontraremos todas nuestras adquisiciones psíquicas de valor, en referencia a modelos o patrones paternos, de nuestros educadores y en general d