No somos conscientes de nuestra primera impresión de temor, debido a la amnesia que nos impide recuperar nuestras primeras vivencias, no podemos encuadrar dentro de nuestra memoria, el suceso primigenio que insertó en nuestra estructura, esa sensación de alarma que quizás nos acompañe para siempre, el miedo ese fiel compañero, tanto en la vigilia como