SER

Descubrir qué somos debería constituir el acto más importante para nosotros en este periodo experiencial al que llamamos vida, devenimos conscientes en un hábitat protegido, familiar, arropados por códigos éticos y morales viviendo una inmersión profunda en una peculiar realidad, nuestra esfera objetiva se torna insustancial, desvaneciéndose en un mundo de probabilidades estadísticas, solo lo relativo nos es propio enmascarando donde se asienta nuestro linaje causal.

La incertidumbre nuestra evidencia mas real, produce una conmoción en nuestro estado, le llamamos miedo, él es el sentimiento primigenio que activa todas nuestras defensas, las cuales se conforman para una transición segura hacia una existencia fructífera, es decir que tenga posibilidades de prosperar. 

Este temor nos somete y supedita a través de la formación de un ego firme, dirigiendo y discriminando todas nuestras acciones, él se nutre de todas las creencias que perpetúen y preserven su inmunidad. Nuestro ego se torna prácticamente inabordable consiguiendo su cometido el de aislarnos de nosotros mismos, la premisa es no sufrir, nos aliena a veces hasta niveles gravemente patológicos. ¿ Cómo podemos desactivar este constructo que nos mantiene aislados de nuestra verdadera naturaleza ? Neutralizando nuestro miedo nihilista al no ser, siendo capaces de finalizarnos, de sucumbir, es así como descubriremos que lo que se va desvaneciendo es solo nuestro temor, el que unía todos nuestros significantes deformados y reactivos.

Ya no seremos mas impotentes para formar y regular nuestras experiencias, lo esencial podrá constituir mas parte de nuestra existencia y sus elecciones. Nuestra naturaleza última es amor, eros debilitando al caos, nutriendo la vida para que pueda evolucionar, y crecemos en él cuando a través de nuestras decisiones podemos expresar sin distorsiones nuestra calidad personal.

Lo que somos no mora en estamentos psíquicos, lo conciencial trasciende nuestra esfera cognitiva, es en este nivel supra-mental donde reside lo absolutamente fundamental, allí debemos encontrar nuestro eslabón perdido, aquel que nos dota de un enfoque amplificado, permitiéndonos acceder en su totalidad, a nuestra verdadera realidad personal.