PROGRAMACIÓN MENTAL ADQUIRIDA
En la infancia se inicia nuestro periplo evolutivo y todos los inputs que recibimos de nuestro entorno inmediato serán cruciales para determinar el futuro como individuos y ayudarán a cimentar la estructura de la personalidad. Es muy importante destacar que el niño nace prematuro y durante meses y años va a depender de los padres, esto significa que los recursos internos con los que va a contar un individuo en su edad adulta para hacer frente a conflictos y fracasos, estará en intima relación con la madurez y la profundidad de su mundo interno, que se habrá forjado a través de las relaciones con sus figuras parentales.
Pero para comprender como se desarrolla nuestra estructura psíquica en la infancia a través de los inputs externos que recibimos, debemos saber que el conocimiento adquirido en los primeros años de vida, que forman el periodo programable de nuestra mente, va a impactar de diferente forma en nuestro psiquismo, dependiendo de que estructura mental procese la información que recibimos desde nuestro entorno inmediato.
Poseemos en realidad dos mentes, consciente y subconsciente, que están separadas y que aprenden de diferente manera, la mente consciente es creativa y asimila a través del aprendizaje de conceptos y la mente subconsciente registra hábitos que se forjan a través de la repetición continuada de la información recibida.
Los niños antes de los siete años de vida procesan la información que reciben predominantemente en el estado de ondas cerebrales llamado theta, el rango de ondas cerebrales es el estado en el que nos encontramos cuando aprendemos y procesamos información, en ese estado es el subconsciente el que predomina y el cerebro está grabando y almacenando todos los mensajes que recibe. Los padres son nuestros educadores y entrenadores en nuestra etapa infantil y sin ser conscientes de ello, en los primeros años todos sus mensajes son cruciales y quedan profundamente guardados en estratos profundos de nuestra mente. Mensajes que en un inicio intentan motivarnos como “no eres bueno debes hacerlo mejor “, no podemos procesarlos y elaborarlos de una forma totalmente racional en los primeros años de vida sino que quedan registrados en nuestro subconsciente sin elaborar y en este caso queda grabada la información como que no somos aptos.
Es fundamental entender que nuestro psiquismo lleva impreso las huellas de nuestra educación temprana y que es profundamente permeable a todos los mensajes que se recibieron en la infancia.
Muchos adultos adolecen de su etapa emocional donde fueron programados inconscientemente y tienen problemas con su autoestima debido al traumatismo recibido en su nivel afectivo. La mente, aunque nos parezca sorprendente, reproduce el 95% del tiempo programas automáticos grabados y debe crear comportamientos coherentes en la vida resultante, el subconsciente registró en la infancia programas que fueron demasiado autocríticos y siguen activos en la actualidad por debajo del umbral de nuestra consciencia interfiriendo en la expresión de nuestra identidad.
Pensamos que obtener información valiosa en el presente para nuestro aprendizaje o crecimiento personal podrá remover todos los programas subconscientes, pero no funciona así, seguiremos teniendo el mismo comportamiento influenciado por procesos automáticos que antes de obtener la información. Esto es debido a que la mente subconsciente se comporta como un programa de software que guarda toda la información que recibimos en circuitos neuronales y no puede ser removida desde la voluntad de nuestra consciencia. Entonces ¿Cómo podemos cambiar toda esta información grabada y almacenada en nuestro subconsciente, si ya no estamos en el periodo programable de nuestra mente y con desconocimiento en la mayoría de los casos de que programas fueron instaurados? Solo podemos conocer el tipo de material grabado en nuestra mente subconsciente, por los efectos que produce en nuestro psiquismo y el impacto que ocasiona en nuestra vida diaria y en nuestras relaciones interpersonales.
Para desactivar estos mecanismos automáticos debemos poner nuevos programas en la mente subconsciente que generen nuevos circuitos neuronales y para fijarlos debemos memorizar y repetir lo que queremos implantar muchas veces, para que logre convertirse en un hábito y entonces podamos utilizarlo a través de la voluntad cuándo queramos.
Es un hecho que nuestra mente lleva instalados desde nuestra infancia diversos programas que pueden afectar nuestra salud emocional y psíquica, si estos programas como hemos comentado anteriormente son muy autocríticos, pueden llegar a sabotear profundamente nuestra maduración y desarrollo psíquico. Necesitamos trascender la herencia o programas restrictivos recibidos de nuestro pasado familiar y conectar con nuestra verdadera naturaleza interna para poder desarrollar nuestro propio poder creador, debido a que los errores pedagógicos por ignorancia, imposibilitan el proceso de crecimiento y maduración psíquica. La educación en los primeros años de vida debe ser vista desde esta perspectiva como programación pura, por lo tanto es fundamental que los educadores estén bien programados o la patología constituirá, sin poder hacer nada, la herencia silenciosa de las próximas generaciones.